Los primeros pasos

Desde siempre sentí y pensé que había vivencias y formas de ver, que me resultaban muy difíciles de explicar, de contar y compartir con palabras, sentía que debía haber otra forma de expresar las cosas del alma. En este sentido no me considero un artista, en el uso habitual que se le asigna a esta palabra, el arte es entonces una búsqueda interior, del sí mismo y de la verdad, y un medio de expresar ese intento.

Mi primera experiencia creativa fue con la fotografía; me acerqué al foto-club que hay en mi trabajo, donde conocí a mis primeros maestros, seres muy creativos que amaban su disciplina y el arte en general. Hice el Curso Básico, un Curso de Montajes, un Seminario de Retratos y el Curso Superior, mientras participaba en concursos y muestras, trabajando mis propias fotos en el laboratorio.

Apasionado con el tema de la Luz, en la composición fotográfica al principio, tuve la oportunidad de ver el efecto de la luz atravesando vidrios con imágenes de colores y texturas diferentes en vitrales, algo que me pegó mucho, a tal punto que me puse a buscar dónde aprender, y al año siguiente ya estaba estudiando vitral en la Escuela de Cerámica de Mar del Plata.

El hecho de tener que diseñar mis propios vitrales me llevo a estudiar dibujo, pintura, muralismo e historia del arte, en una etapa donde ya comenzaba a valorar cada vez más estas disciplinas. Durante los años de mi paso por la Escuela, hice un curso anual de alfarería y estudie 3 años esmalte sobre metal (esmalte horneado sobre chapa de cobre); más adelante mis inquietudes por aprender nuevas técnicas me llevaron a estudiar diseño gráfico. Con la motivación de difundir y promover el vitral artístico mediante muestras y/o salones, junto con un grupo de compañeros y ex-alumnos creamos la Asociación de Vitral Artístico de Mar del Plata.

Poder trabajar con la Luz, es el placer de crear, como por arte de magia, una atmósfera, un clima, una energía espiritual...