28 abr 2010

"Desde el Atlántico al Pacífico"


Fotografías tomadas durante un trekking de una semana, en Noviembre del 2008, cruzando la cordillera con dos amigos más desde Paso El León, Río Negro, siguiendo el río Manso, hasta Río Puelo en la costa del Pacífico, Chile.

17 abr 2010

Vitral 5° Ofrenda: DESNUDEZ (físico-psíquica-espiritual)

Vitral que forma parte de una serie de 10 obras llamada Procesión de Ofrendas, basada en Los Diez Mandamientos y realizadas por Nidia Danessa, vitralista, docente e investigadora,  durante seis años de trabajo (1976 a 1982), para la nave central de la Parroquia de Bolívar, prov. de Buenos Aires.

Reflexiones de la autora sobre esta obra:
El profeta Jonás es la figura elegida para simbolizar este vitral. El se muestra desnudo, arrodillado, en una actitud de entrega confiada a Dios.

En la parte superior del vitral se hallan representados los elementos del drama de Jonás: la huída (barco), debilidad, miedo y muerte (mar oscuro, tormentoso y gran pez). Pero son estos elementos, casi de muerte, los que posibilitan la salvación de Jonás, quién se enfrenta a sí mísmo, reconoce su propia realidad, sus errores y su necesidad de Dios. Queda así de cara a la Luz, con claridad ante Dios, con pecho y manos abiertos y disponibles para abrazar su vocación.

La prohibición que formula este  mandamiento, "No cometerás adulterio", va dirigida, como en todos ellos, a la preservación de un bien, del cual el vitral subraya algunos aspectos. Uno puede adulterar los alimentos, los conocimientos, la realidad, pero quizás la peor adulteración sea la de la propia misión...

Sobre el trabajo de los diez vitrales de la Parroquia:
La realización de los vitrales llevó un trabajo de seis años. Los comencé por iniciativa del Párroco de la ciudad de Bolívar,P. Palazzolo, con los vidrios de colores hallados en el lugar. Fue de algún modo una hazaña en la que participó toda la comunidad donando sus vidrios. Al tomar contacto con cada trozo de vidrio, sentía que estaba cargado con las emociónes, alegrías y tristezas de la casa de la que provenía, y que podía ser transfigurado desde otra nueva visión, en la misma forma que los acontecimientos de la vida misma.

Los diez ventanales vacíos eran un desafío al que debía responder entrando a este mundo lleno de misterios y de caos que es la creación del vitral, volcando en él búsquedas, diálogos y experiencias propias y ajenas. La colocación de cada vitral despertaba una gran expectativa ante el cambio: los vidrios viejos y rotos eran reemplazados por esos mismos vidrios, ahora recortados y armados en otra forma, expresando otro tema, jugando nuevos movimientos.

El movimiento es una constante en todo el recorrido. En la marcha y contramarcha de curvas, espirales y rectas, la comunidad de mi pueblo va haciendo su camino. El movimiento no nos es ajeno, por el contrario nos constituye. Sabemos de él en nuestra contínua inclinación entre la debilidad y la fuerza, la tentación y la victoria; tensión saludable que recorta y arma.

Consideramos que cada mandamiento es un llamado de atención hacia valores vitales que Dios ha dado al hombre y que éste, en su debilidad, es muy proclive a olvidar. El cuidado de estos valores es su camino hacia Dios y constituye una forma de ofrenda que el hombre hace.

13 abr 2010

Claraboya




Este fue mi primer vitral, en el invierno del '84. La idea nació a partir del juego de luces y sombras que me sugería un gran ventiluz en el techo de la escalera de una vieja casona en Bs.As.

Después, al buscar cómo integrar esas luces y sombras, considerándolas como objetos en una estructura, no sé cómo, surgió de manera inconsciente la forma central triángular o piramidal con una gran cruz en el medio (llegué a imaginarme formas vivas dentro de una pirámide). En aquel momento, y si bien me parecian interesantes estas formas, el triángulo y la cruz, no fue sino unos cuantos años después que se despertó en mi un verdadero interés por investigar los misterios egipcios y cristianos y la geometría sagrada.