23 abr 2012

La belleza de la verdad



La palabra satya (verdad) deriva de sat que significa ser. Nada es o existe realmente, excepto la verdad. Tal es el motivo de que sat o verdad sea quizás el nombre más importante de Dios. La verdad reside en cada corazón humano, y uno debe procurarla allí, dejándose guiar por la verdad tal como la percibe. Nadie tiene el derecho de aplicar coerción a otros para que actúen según su propia visión de la verdad.

Las creaciones realmente bellas aparecen cuando surge la comprensión verdadera. Si estos momentos son raros en la vida, también son raros en las artes. La belleza verdadera consiste, sobre todo, en la pureza del corazón. El arte, para ser arte, debe promover la serenidad. .


La vida es la mayor de todas las artes. Quisiera ir más lejos y decir que el hombre que más se acerca a la perfección es el mayor artista. Pues, ¿qué sería el arte si le faltaran el cimiento y la estructura de una vida noble? Las cosas poseen dos aspectos: uno externo, otro interno. El aspecto externo no posee valor, salvo que lo auxilie el interno. Por eso, todo el arte verdadero es una manifestación del alma.

Las formas exteriores sólo tienen valor cuando expresan el espíritu, la interioridad del hombre. Generalmente, el hombre común no percibe belleza alguna en la verdad. Sigue de largo, ciego ante la belleza. Toda vez que el hombre comienza a ver belleza en la verdad, nace el arte verdadero.

No hay belleza sin verdad. Por otra parte, puede ser que la verdad se manifieste de modo tal que, externamente, no revele belleza alguna. Dicen que Sócrates era el mayor amigo de la verdad en su época y, entretanto, consta que sus facciones eran las más feas de Grecia. En mi opinión, él era bello, porque toda su vida estaba empeñada en la búsqueda de la verdad.

En la verdad, percibo la belleza: la descubro a través de la verdad. Todo lo que es verdad, no apenas las ideas exactas, sino también los rostros francos, los retratos fieles, la música y los cantos más naturales son objetos de belleza, e inclusive de inmensa belleza a veces. Son poquísimos los que saben discernir la belleza que emana de la verdad.

Mahatma Gandhi