Cuando el mercado de la ciudad de Toluca (México)
cerró sus puertas en 1975 el artista Leopoldo Flores ideó un plan para salvar
el edificio. Leopoldo convenció a las autoridades locales para reutilizar el
espacio, construido en 1908, como jardín botánico y sustituir las ventanas por artísticas
vidrieras. El diseño llevó al artista un año y al vitralista Bernabé Fernández
tres más hacerlo realidad.
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